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domingo, 21 de junio de 2015

Feliz verano

(Imagen de dicasdecorrida)


Sólo he visto correr este año. 
He ahogado mi pena escribiendo y planificando desde las sillas...
Os escribí algo el día después del Maratón de Madrid, el día en que lloré en la salida, sola, en silencio, viéndoos partir felices al encuentro de vosotros mismos... como lo hiciera yo hace algún tiempo, antes de que mi vida cambiara tanto y se volviera un poco más gris...

Os lo dejo como recuerdo de cualquier maratón y compañía en el verano que comienza. Falta "armarlo" un poco pero os lo brindo en adelanto de lo que será.

No me olvido de vosotros, ni del deseo de volver a correr algún día no muy lejano...

Te vi corriendo.
Pero no corrías en tu mente.
Luchabas.
Con los pies, con las piernas,
Con los brazos, los pulmones,
La cabeza…
Con todo el cuerpo y el alma,
Por fuera y también por dentro,
Como si fuera la muerte
Que te estuviera siguiendo.

Y volabas.
Por encima del mundo,
De los hombres
Y de todos los problemas.
Volabas con tu aliento,
Tu sudor y tus lágrimas.
La emoción, el dolor, los ánimos,
El no poder más
Y seguir.


El deseo más fuerte,
El sueño cumplido,
La meta sin fin.

No hay mar más profundo
Ni montaña más alta.
No hay sentimiento igual
Ni corazón más grande.


No corrías.
Forjabas a fuego lento.
Hilabas tejidos eternos.

No se llamaba “carrera”,
Ni hiciste “competición”.
Fue una vida entera,
Bebida a sorbos,
Tu “maratón”.

27 de abril de 2015, leído en el Atelier de Embajadores con la camiseta del Maratón que me firmásteis aquel año.