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miércoles, 28 de abril de 2010

Mi Mapoma: primera comparecencia

He visto vuestra preocupación en la anterior entrada y, aunque esta mañana he sacado cinco minutos en el trabajo para contestaros allí, comparezco de nuevo para hacer mis primeras declaraciones.
En primer lugar, reitero mis agradecimientos por vuestros ánimos y preocupación pre y post-Mapoma. Siento no haber podido contar nada antes, pero creedme, no he podido.
Aún en este momento y desde el domingo sigo en Mapoma, sigo en el sábado, el domingo y el lunes. Asimilando lo vivido, lo sentido y lo aprendido, que no es poco.
Como ya esperaba y me habíais anunciado, mi primer maratón ha sido impresionante, me ha enseñado muchas cosas. No es sólo que no lo olvidaré. Es también que siempre vivirá conmigo. Está conmigo. El sábado en la Feria del Corredor, los consejos de Ángel y Amelia, claves para garantizar el éxito, la quedada del domingo a las 8:00, los encuentros casuales, el ambiente previo... Me faltó gente por conocer en persona y saludar, espero que en otra ocasión nos encontremos.
Iniciado el maratón, o la maratón (aún no lo tengo claro, sigo sintiendo que es masculino para mí), hay dos momentos claramente diferenciados: hasta el km. 35 y después de él.
Pero tengo tanto que contar, tanto que compartir, que no podría hacerlo ahora. Necesito tiempo. Tiempo para dormir y para que la mente recoloque tantas sensaciones y emociones vividas.
Para colmo el ordenador de mi casa no quiere trabajar, he tardado una hora en entrar en el blog de Santi a hacer un comentario y ni pude entrar en el de Miguel-ítaca (en el mío os contesté esta mañana desde el trabajo) y he tenido que bajar a un ciber a hacer esta "comparecencia pública" que os debo.
A pesar de todo, el lunes escribí esto a mano, que comparto con vosotros hoy:
Lunes, 26 de abril
Mapoma, mi primer maratón, ha sido:
mi amigo, mi guía, mi maestro.
Me ha enseñado
a correr con cabeza, a disfrutar cada kilómetro como si fuera el único.
Durante la carrera
he conocido y reconocido a vari@s corredores, he hablado con ell@s, de otras carreras, he hecho fotos, me han hecho fotos, me he reído, he saludado a amig@s y familia fuera de la carrera(Donato, Julieta, Javi, Santi, Josemi, Ana, Hita, ¡qué buenas sorpresas!), he animado a otros corredores como nunca lo había hecho dentro de la carrera y he cuidado de quien nunca pensé que tendría que cuidar. Y Mapoma me ha enseñado a hacerlo. Y, lo más importante: estamos bien, sin lesiones ni consecuencias negativas, que era el objetivo.
He cruzado la meta oyendo el nombre de mi entrenador y el mío,
y con ganas de volver,
de estar siempre,
de vivir siempre,
de correr siempre.
Mapoma me ha abrazado y me ha enseñado que sé correr, con el cuerpo y con la mente, y que sé cuidar de mí y de los demás.
Me ha enseñado a entregarme y a entregar mi energía a los demás, sin importarme la marca, o acabarlo o no.
Me ha enseñado que la meta no está en el kilómetro 42.195.
Porque por encima de cualquier carrera, de cualquier reto, de cualquier sueño, siempre, lo más importante es la VIDA.
Y Mapoma me ha dado momentos de vida.
Me ha elevado por encima del espacio, ha detenido el tiempo, lo ha vuelto atrás, adelante, he renacido y me he hecho más fuerte, más grande, más mujer y mejor persona.
No puedo hacer más que seguir disfrutándolo y pensar en el 2º Mapoma, que será diferente, sin duda.
Volveré y volverás. Volveremos.
Felicito a la Organización, a los voluntarios, a los puestos de avituallamiento, al público, a los corredores, a los fisios y al samur por una labor impagable.
Y (n)os felicito a tod@s por haberlo vivido.
Enhorabuena, compañer@s.
Enhorabuena, Madrid.
Sin duda, no es un maratón cualquiera
***
Compartidas estas primeras impresiones, habrá más. Aún queda "chapa" y fotos, así que id reservando paciencia y minutos de "aburrimiento".
Besos a tod@s.
¡Os quiero mucho!
¡Gracias!