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martes, 9 de febrero de 2010

Mi primer Maratón: MAPOMA 2010. Preparando "el plan".

(Amanecer con luna llena sobre León, 31 de enero)

Empiezo una nueva etiqueta: Mi primer Maratón: MAPOMA 2010,
a modo de "cuaderno de entrenos", como recordatorio durante la preparación y posible referencia futura.
Sábado, 30 de enero:

Pedrín (José para los amigos) me enseña el "plan" que ha encontrado para nosotros. Cuando veo los tiempos casi me caigo de espaldas, pensando "ohhhhhhhhhh, esto es mucho para mi" y digo que es un plan "para chicos". Así que me pongo a buscar en internet un plan "para chicas". Lo que encuentro no me convence, así que lo dejo, y me subo al carro de Pedrín consistente en su plan "adaptado".

Se trataba de un entrenamiento para bajar de 4h30´, así que como nuestro objetivo es acabar "bien" (dentro de lo que se entiende por "bien" en un primer maratón; es decir, sobreviviendo, sin lesiones ni daños irreparables y sin llegar arrastrándose a meta) y en un tiempo, a ser posible, rondando las 5 horas, y... "todo lo que baje de ahí mejor", pues con ambas premisas jugaremos, adaptando "el plan" a nuestros objetivos. Esta será, de momento, labor del "entrenador", Pedrín. A ver si somos capaces... (plural mayestático, claro :-))

Domingo 31 de enero:

Toca carrera larga: 2 horas en llano, combinando tierra y asfalto.


Sensaciones: Muy buenas. La primera hora y media hemos ido despacito, luego 20´a ritmillo más rápido, lo que he visto que la gente llama "de competición" (que en mi caso actualmente será a unos 5´40´´, más o menos) y los últimos 15´despacio, recuperando.



Durante la primera hora dolían gemelos y cuádriceps (aún se notaba el esfuerzo del fin de semana anterior, sobre todo dos errores: las 4 horas que anduve pateando León con botas de tacón sobre asfalto, y correr otra media hora extra después de parar 10´tras las dos horas preparando la media de Léon), pero luego los gemelos debieron calentar y sólo quedó una ligera molestia en los cuádriceps.



Al acabar me entero que este era "el primer día del plan" y que había respondido bien a los cambios de ritmo. Genial. Claro, que con un entrenador como Pedrín al lado, así cualquiera.



Desde que he vuelto a Madrid entreno sola (a excepción de la inestimable compañía de los "caóticos" en las carreras "caóticas clandestinas"), así que cuando voy a León valoro aún más la compañía, los saludos de los que ya nos conocemos y reconocemos; en fin, esas cosillas del "correr en casa"...



Al día siguiente sería lunes y el martes de nuevo entreno ya solita en Alcalá. ¡La pista me espera!