Seguidores

jueves, 29 de enero de 2009

La relatividad de los entrenos

Hoy ha sido un entreno diferente a los que llevo de año.

Como sabéis, después de la "pérdida de forma" tocaba "rodar" sin más, y eso es lo que he hecho hasta hoy, que ha tocado hacer un esfuercillo para aumentar la velocidad y ostraaaaassssssssssss, lo que me ha costado.

Los primeros minutos empezaron como siempre, o como casi siempre: Tecolinha "dando la chapa" a Pedrín con ni recuerdo qué conversación... hasta que Pedrín se transformó en "mi entrenador" y ospi, a correr.

Para resumir, como iba medio distraída con la conversación, casi ni me di cuenta de que ya estábamos yendo algo más rápido cuando le pregunto al entrenador si ha sido así y me lo confirma. Llegamos a lo que sería la mitad del recorrido (para los que lo conoceis, de la granja a puente castro por la candamia) y "venga, vamos a intentar ir más rápido", me dice el entrenador. Al principio, bueno, llevadero, pero al cabo de tan sólo unos minutos ya empezaba a notar que costaba. "Bueno, será al principio, después de un rato más seguro que mejoro", pensaba, incauta de mi. 8 minutos más tarde me quedaban otros 4 de un "último esfuerzo" que si no fuera porque lo conozco de otras veces diría que fue larguísimo. Confieso que se mezclaban sentimientos y pensamientos, tipo: "este capullo de entrenador, me está machacando y no parece enterarse" o "cuando paremos le meto una" o "pero ¿por qué coño le hago caso?" (todo desde el cariño eh), al tiempo que "venga, ya llegas, cuando llegues al puente se acabó, empiezas a disfrutar otra vez" y "vamos, que seguro que al final de la carrera te sientes genial". Cuando llegados a ese punto, y tras casi dos minutos de recuperación, me pide el entrenador que haga otra progresión jajaja, prefiero no repetir las palabras que le solté. Desde ahí hasta el final (casi diez minutos) se me pasaron muchas reflexiones por la cabeza, y ninguna que tuviera que ver con "ay, qué ganas tengo de acelerar". Si acaso, "jobar, quién te ha visto y quién te ve, peazo paketova", y una sensación entre tristeza y cabreo (más bien cabreo) conmigo misma, claro, por no poder correr mejor. Otra de las reflexiones fue: "decidido, soy corredora de fondo, nada de velocidad".

En fin, para no alargar esto demasiado, llega el final, en el que esprinto un poco, "al menos a ver si llegamos a una media de 11 por hora", pienso y uf, sólo pienso en estirar y descansar. Ni agua, ni naranjas ni ná de ná, a estirar y volver a encontrarme a mi misma por ahí... en esto que me fijo en las cantidades ingentes de vaho que me salen al respirar. Ospiiiiii, pero ¿hace tanto frío? ¡si estoy asada de calor! (estaba nublado y había estado lloviznando agradablemente toda la carrera, llevaba camiseta de manga larga y chubasquero, pero estaba asadaaaaaa), no puede hacer tanto frío fuera... Y no. En esto que veo que el vaho sale a humaradas de mis brazos, pecho, hombros... ostraaaaaaaaassssssssss, ¡que me quemo por dentro, la leche! Pero tampoco, tampoco, que no cunda el pánico. El simple vaho provocado por la diferencia de temperatura entre mi cuerpo y el exterior. Esto lo había visto al tender la ropa en invierno (bueno, y en algunas pelis), pero en mi la verdad es que no me había fijado hasta hoy. Así que estuve todos los estiramientos "echando humo". Cuando volvió el dulce Pedrín a preguntarme qué tal mis declaraciones fueron "en estos momentos no puedo hacer ninguna valoración".

Y ahora viene la explicación al título de esta entrada: la relatividad de los entrenos, que tal vez también podría decirse: la subjetividad de las sensaciones. ¿Por qué? Pues porque después de un entreno como este, de esfuercillo en el que acabo pensando: "ospi, hoy el día más veloz, qué esfuerzo, a ver cuánto tiempo he hecho..." y miro el crono, y lo comparo con otros días, me he quedado chafadísima al comprobar que NO HA SIDO EL DÍA MÁS VELOZ DEL AÑO. Yo que estaba segura de que sí... Y me pongo a calcular los minutos por km, de los últimos 9 entrenos... y resulta que el más rápido coincide con el más largo (13.53 kms. a 5´28´´ el km.), con lo que el entreno más esforzado (el de hoy) se queda en 7.77 kms. a 5´33´´ por km. y de nuevo me encojo de hombros y sigo meditando...

Pero bueno, dejo la "chapa" para otro día, jejeje.

De todos modos, SÍ ME HA GUSTADO el entrenamiento de hoy, no os vayais a pensar, y tampoco odio al entrenador, reconozco que en el fondo me gusta que me "meta caña" y sobre todo, sus felicitaciones y cuidados al final siempre son tan gratificantes que una vez más se hace irresistible seguirle y hacerle caso.

Bueno, ¡a correr que son dos días!

¡saludos, salud y suerte!

Ah, y sorry por la chapa de hoy, chic@s, pero hacía tiempo que no metía una entrada larga y hoy tocó :-)